jueves, 21 de septiembre de 2023

Historia de la Pitahaya

La pitahaya, es un fruto con una historia sumamente interesante, comenzando por el hecho de que la palabra "pitahaya" es un termino vernáculo o común que se utiliza para referirse a los frutos producidos por varias especies de plantas, generalmente pertenecientes a la familia Cactaceae, es decir, cactus y cuyo sitio de origen es el continente americano (con la excepcion de la cactacea Rhipsalis baccifera que también se encuentra en África y Asia).
El fruto que conocemos como pitahaya proviene de plantas que pertenecen a los géneros botánicos Cereus, Stenocereus, Selenicereus. En este artículo, nos referiremos especificamente a las pitahayas de cáscara cáscara amarilla y roja que son ampliamente comercializadas y disponibles en el mercado.

Puesto de venta de fruta con mamoncillos, pitahaya
amarilla, pitahaya roja y zapote, Bogotá. Foto: J. Borbón.



Generalmente, se conoce la pitahaya de cáscara amarilla como procedente del género Selenicereus y la pitahaya de cáscara roja como del género Hylocereus, como se explicará a lo largo del artículo. Sin embargo, es importante destacar que en la actualidad, el género Hylocereus se ha integrado en el género Selenicereus (1). Los nombres de estos géneros nos proporcionan información sobre las plantas. En el caso de Hylocereus, proviene del griego "Hyle," que significa "de los bosques," y "cereus," que hace referencia a una vela o cera, como la de las abejas. Por otro lado, Selenicereus deriva de "Selene," que significa "luna," y "cereus" de "vela" como se mencionó anteriormente. Al momento de redactar este artículo, el género Selenicereus, que incluye a la pitahaya amarilla y roja, consta de 30 especies y 6 subespecies (2).

El nombre "pitahaya" tiene sus raíces en la lengua taína de las Antillas y hace referencia a fruta escamosa (3). Además, la pitahaya es conocida por otros nombres como pitaya, pita haya y pitajaya. En regiones como Caldas (Colombia), se la conoce como "cacto" (4), mientras que en el idioma Náhuatl, hablado en México y Centroamérica, se le llama Cuauhnochtli, Teonochtli o Nochtli (3). En la lengua maya, recibe nombres como Chacam, chacwob, Uo, Uob, Wab, Wob, Zacam, Zaconib, entre otros, que hacen referencia a frutos de diversas cactáceas (5).

Dentro del uso tradicional de la pitahaya por las poblaciones nativas, se ha registrado que esta fruta ha desempeñado un papel importante en la dieta. Por ejemplo, los Seris de Sonora (México), secaban y almacenaban los frutos para su posterior consumo, separando y consumiendo las semillas, además, consumían los pétalos de las flores. Por otro lado, los Nahuas (también en México) consideraban el fruto de la pitahaya como un "alimento y regalo" con el cual preparaban una bebida a la que añadían mezcal y ofrecían a los invitados de su pueblo y comunidades vecinas. También se ha registrado que los californianos hacían harina a partir de las semillas tostadas para consumirla en invierno (3). Además, el jugo de la pitahaya se utilizaba para hacer tinta con la que colorear otros alimentos, escribir y pintar (6), mientras que las espinas de la planta se empleaban como agujas y alfileres (7). Además, los cactus de los que provienen las pitahayas a menudo se utilizan como cercas vivas en diversas ubicaciones. En resumen, la pitahaya ha tenido un uso alimentario tradicional en sus regiones de distribución natural, que abarca desde Perú hasta México, pasando por el norte de Sudamérica y toda Centroamérica (8).

Con la llegada de los europeos al continente americano, encontramos menciones tempranas de la pitahaya en uno de los primeros escritos que describen las plantas de las Indias, en el cual Pedro Mártir de Anglería la describe como "su fruto es grande como la manzana y colorado por dentro y por fuera" (9), cabe mencionar que el cronista nunca estuvo en América, sino que tenía acceso a los navegantes europeos que comenzaban a explorar estas tierras.

Luego del encuentro de los dos mundos, durante la empresa de la conquista por parte de los españoles, las plantas desconocidas fueron impactantes, siendo las cactaceas unas que causaron terror con sus formas extrañas, contorsionadas y espinosas, sus historias cuentan de "árboles monstruosos", "fantasmas de las selvas" y "erizos de los montes" (6), varias de estas plantas espinosas fueron llamadas cardos dificultando su seguimiento historico, incluso la bromelia de la piña fue llamada cardo por Oviedo (10) quien menciona que al consumir algunos frutos provenientes de unos cardos hicieron cambiar el color de su orina y le generaron gran angustia al hacer pensar que habia caido enfermo, hasta que el español Andres Niño le avisa que es un efecto del consumo de dichos frutos, aunque en este caso hacia referencia a frutos de la tuna (6, 10).

Sin embargo, durante la época de la conquista por parte de los españoles, las plantas desconocidas, como las cactáceas, causaron asombro y, en algunos casos, incluso terror debido a sus formas extrañas, contorsionadas y espinosas. Se les atribuyeron nombres como "árboles monstruosos," "fantasmas de las selvas" y "erizos de los montes" (6). Muchas de estas plantas espinosas fueron catalogadas como "cardos," lo que dificultó su seguimiento histórico. Incluso la bromelia de la piña fue denominada como "cardo" por Oviedo (10), quien mencionó que al consumir los frutos de algunos de estos "cardos," experimentó un cambio en el color de su orina y una gran angustia, creyendo que estaba enfermo. Fue solo gracias a un español llamado Andrés Niño que Oviedo descubrió que estos efectos eran resultado del consumo de frutos de la tuna, otro tipo de cactus (6, 10).

Pitahaya, Oviedo 1535. Tomado de 
Olaya, 1991 (6).

Fernández de Oviedo también nos brinda la primera ilustración de la pitahaya en el año 1535 (6, 11). En esta representación, podemos apreciar la planta con sus espinas y su fruto, caracterizado por sus "escamas." Posteriormente, el español Cieza de León, en su relato de 1539 al pasar por la Provincia de Arma, cerca de Anserma en Caldas, Colombia, menciona que encontró pitahayas de color morado cuyo consumo teñía de rojo la orina (12), lo cual coincide con lo mencionado previamente por Oviedo.

Hacia el año 1651, el médico español Francisco Hernández menciona que en Nueva España (México) se utilizaban siete especies de tunas o nochtli, diferenciadas por el color de sus flores y su pulpa. De una de estas tunas se extraía una goma que se mezclaba con la fruta de la pitahaya para tratar las fiebres biliosas y pestilentes (13). Con el transcurso de varias expediciones, los españoles comenzaron a darse cuenta de la amplia diversidad de pitahayas que se encontraban desde California hasta Chile, lo que lleva a diferenciar los diversos tipos de cactus, como lo mencionó Bernabé Cobo en 1653, en un intento de establecer una primera clasificación de estos frutos (7).

"En todas estas Indias, así en temples fríos como calientes, nace un linaje de plantas que generalm ente los españoles llaman cardones, el cual nombre abraza muchas especies dellos... Las frutas que llevan muchos géneros destas matas son muy parecidas entre sí en la sustancia, sabor y efectos, si bien discrepan en el tamaño, color y hechura. Redúcese su variedad a dos géneros, que comprendemos con dos nombres comunes tomados ambos de la lengua de los indios de la isla Española (República Dominicana), que son, tuna, el uno y el otro, pitahaya."

También destaca la diferencia en la morfología de estas plantas en comparación con las europeas y profundiza en el tema de las tunas (7). Unos años después, en 1690, en Amatitlán (Guatemala), Fuentes y Guzmán ofrece una descripción de la diversidad de frutales y plantas útiles locales, incluyendo la pitahaya, y complementa su relato con una ilustración de esta fruta (14).

Arriba, fruto de Pytahaya con escamas creciendo sobre un cladodio
Abajo, como se ve partida mostrando la semillas del fruto. 
Fuentes y Guzman, 1690. Recordación Florida.
Cortesía de AGCA Archivo General de Centro América.

Llegamos al siglo XVIII, un periodo en el que la clasificación taxonómica de las plantas comenzó a basarse en las características de sus flores, gracias a la publicación de "Species Plantarum" por Carlos Linneo. Fue en 1760 cuando la pitahaya hizo su primera aparición en el contexto de la taxonomía botánica, específicamente en el libro de especies americanas llamado Enumeratio Systematica Plantarum de Nikolaus Jacquin donde se la clasificó como Cactus pitajaya (15). Dos años después, el mismo autor, hizo referencia a dos especies de cactus que producían pitahayas, uno de ellos tenía un porte erecto y se avistó en Cartagena de Indias, mientras que el otro crecía de manera rastrera, trepando sobre árboles o creciendo en lo alto de rocas, este último tenía frutos de mayor tamaño, con cáscara roja, rodeados de "hojas" y con pulpa blanca (15.A). Esta planta era común en la isla de San Eustaquio (Caribe Neerlandés), y es la pitahaya a la que nos referimos en este artículo.

Ilustraciones del fruto del Cactus triangularis foliosus 
N. Jacquin. 1763 derecha y 1780 izquierda. (15A y 15B)

A pesar de que ya se había establecido una diferenciación entre la pitahaya y el tuno, la palabra "pitahaya" seguía abarcando frutos de cactáceas, ya fueran de porte erecto o rastrero, como se puede observar en descripciones de la planta, como la encontrada en el diccionario de Antonio de Alcedo en 1789 (16) donde se hacía referencia a Cactus pitahaya, aunque esta especie no era rastrera sino de porte erecto como cirios histriados, lo que posiblemente se refería a la especie Cereus fernambucensis subsp. fernambucensis (2).
Por otro lado, durante las expediciones botánicas en América, en la expedición dirigida por el español Martín Sessé entre 1787 y 1803, se elaboraron bellas láminas de la planta de la pitahaya en el territorio de la Nueva España (México). 

Hylocereus undatus. Torner Collection of Sessé and Mociño Biological
 Illustrations, courtesy of the Hunt Institute for Botanical
 Documentation, Carnegie Mellon University, Pittsburgh, Pa. (17)

Durante los siglos XVIII y el inicio del XIX, la pitahaya fue introducida en los jardines botánicos europeos, en particular en los invernaderos de Inglaterra (18). Uno de los ejemplos notables es la pitahaya Selenicereus grandiflorus, sinónimo de Cactus grandiflorus, la cual fue descrita e ilustrada por el inglés Henry Andrews entre los años 1797 y 1811. Andrews tomó como modelo una planta que creció en un invernadero en Londres y señaló que esta especie abre sus flores durante la noche, perfumando el aire nocturno de manera notable (19).

Cactus grandiflorus - Cereus de flores grandes. Andrews (19).

Flor de Pitahaya abierta en la noche,
Tibacuy-Cund. Foto: J. Borbón.

Una vez los paises de América pasan por los procesos de independencia, reciben a viajeros europeos o estadounidenses, quienes registraron en sus diarios de viaje las maravillas de la flora y fauna de estas tierras. En estos relatos se encuentran menciones sobre la pitahaya en el territorio de Colombia. Por ejemplo, en 1824, en Bolo (Valle del Cauca), el británico J. P. Hamilton conoció al doctor Soto, quien mantenía un jardín con plantas útiles del cual mencionó la pitahaya, destacando que utilizaba las semillas de esta planta como laxante (20). En 1836, el británico Charles Empson mencionó el delicioso sabor de la pitaya Cactus Pitahaya, que "nace" sobre paredes, tejados y ramas de árboles. También hizo referencia a la pulpa encarnada y cómo esta afecta el color de la orina, similar a lo señalado por los primeros exploradores españoles en América (21).

Hacia mediados del siglo XIX, el estadounidense Isac Holton mencionó que probó la pitahaya amarilla en el Valle del Cauca, destacando su sabor superior en comparación con la pitahaya descrita por Jacquin, la de cáscara roja (22). Para el año 1871, el español Gutierrez del Alba (23) mencionó y dibujó la pitahaya roja en Peñalisa, cerca de Girardot (Cundinamarca), dejando constancia de su presencia en la región. 

Pita haya Cactus triangularis 1871. Jose M. Gutierrez (23)

Mientras tanto, a nivel internacional, la pitahaya no atrajo particular atención, a pesar de que sus esquejes sobrevivían fácilmente a los viajes marítimos y se adaptaban a regiones cálidas con disponibilidad limitada de agua. Sin embargo, la pitahaya continuó propagándose. Aparentemente, la pitahaya roja fue introducida en Vietnam por los franceses a finales del siglo XIX, y en la actualidad se considera una planta autóctona (24) donde la fruta se conoce como "thanh long," que se traduce como "dragón," un nombre que contribuyó a despertar el interés en la "fruta del dragón" o "dragonfruit." En el futuro, Vietnam se convertiría en uno de los principales productores y exportadores de pitahaya en el mundo.

Regresando al siglo XX, entre 1919 y 1923, se llevó a cabo uno de los estudios más significativos sobre las cactáceas por parte de los estadounidenses Nathaniel Britton y Joseph Rose. En cuatro volúmenes publicados, describieron e ilustraron las especies de cactus. En el segundo volumen, se abordaron los géneros de las pitahayas Hylocereus y Selenicereus, los cuales se diferenciaban principalmente por la presencia de escamas foliáceas, así como por la existencia de espinas y vellosidades en las axilas del fruto y la flor (25). Esta distinción entre especies fue ampliamente aceptada durante casi un siglo.

Diferentes pitahayas pintadas posiblemte por la inglesa Mary Emily Eaton
para Britton y Rose en 1920 (25).

Regresando al territorio colombiano, en 1978, Enrique Pérez Árbelaez menciona las pitahayas amarillas y rojas, destacando la gran diversidad de nombres botánicos para ambas variedades mientras señala algunos sinónimos. Pérez resalta que la pitahaya amarilla se cultivaba a partir de semillas o esquejes en el Tolima, Valle y Cundinamarca. También menciona brevemente la pitahaya roja, aunque indica que existen especies insípidas (26). En Colombia, el cultivo de la pitahaya amarilla comenzó en la década de 1980, impulsado por el interés de expertos japoneses en muestras obtenidas de un cultivo comercial en el Valle del Cauca. Posteriormente, la Federación de Cafeteros promovió su cultivo, lo que aumentó el interés en el cultivo de esta fruta. Inicialmente, la pitahaya amarilla colombiana fue exportada a Japón, hasta que la aparición de larvas de la mosca Anastrepha fraterculus Wiedemann frustró el mercado japonés, dejando el mercado europeo y local como principales destinos para la pitahaya amarilla colombiana (18).

A finales de los años 90, el cultivo de la pitahaya se introdujo en Ecuador desde Colombia, específicamente en el nororiente de Pichincha. Sin embargo, en la provincia de Morona Santiago, en la amazonía ecuatoriana, ya se cultivaba la pitahaya (27). Es en esta región donde se desarrolla la pitahaya ecuatoriana o "pitahaya de Palora", un fruto reconocido por su color amarillo, mayor tamaño, forma más redondeada y mayor peso en comparación con la pitahaya colombiana. La pitahaya de Palora ha obtenido una denominación de origen (28), y en la sede administrativa de Palora se erigió una escultura en honor a esta planta debido a su importancia para la economía local. Sin embargo, se ha planteado la cuestión de la sostenibilidad del sistema productivo actual, ya que su expansión amenaza la conservación de la amazonía ecuatoriana (29).

Escultura pitahaya en Palora.
Cortesia de habitante local.

Izq. y derecha arriba, pitahaya colombiana.
Der. abajo, pitahaya ecuatoriana. Fotos: J. Borbón

Pitahaya colombiana en cajitas, presentacion 
para exportación. Foto: J. Borbón.

En el 2017, se llevó a cabo una investigación con el objetivo de comprender la historia evolutiva del clado Hylocereeae, donde se determinó que este clado procedía de un ancestro común, sin embargo, encontrarón que el género Hylocereus no era monofilético, es decir, las especies de este género no procedía de un ancestro común, por lo cual este género desapareció y sus especies pasaron a formar parte de otros géneros del clado, los géneros Acanthocereus, Kimnachia Selenicereus (1) es por este motivo, que esta articulo he buscado referirme a la pitahaya con su nombre aceptado y no usar el Hylocereus tanto para pitahayas amarillas como pitahayas rojas.

La pitahaya ha experimentado una transformación notable en las últimas tres décadas. Hace treinta años, era una fruta relativamente desconocida, pero en la actualidad ha ganado una gran popularidad y ha ocupado un espacio en constante crecimiento en los mercados de frutas exóticas, así como en los mercados locales de los países productores, como Vietnam, Malasia, Colombia, México, Costa Rica, Nicaragua y Perú. Además, se considera una especie promisoria en países como Australia, Israel, España y las Islas Reunión (30). En la actualidad, el mercado de la pitahaya está dominado por cinco variedades principales, que se detallan en la siguiente tabla (31):

Principales especies de pitahaya cultivadas comercialmente,
adaptado de Paull y Duarte, 2012.

Fotos de las pitahayas mas comunes, tomado de Ibrahim et al., 2018 (32)

En la actualidad, se han establecido colecciones de germoplasma que albergan diversas especies de pitahaya para fines de investigación. La colección más extensa se encuentra en California, mientras que en Colombia, estas colecciones se localizan en la Universidad Nacional de Colombia, sede Palmira (33).

El estudio de la pitahaya desempeña un papel crucial en la mejora de la tecnología aplicada a su cultivo y, en consecuencia, en la promoción de su sostenibilidad, al mismo tiempo que puede aumentar los ingresos de los agricultores. Una tecnología intrigante relacionada con la pitahaya es su respuesta a las variaciones en el fotoperiodo, lo que significa que la duración de la luz en un día afecta su comportamiento de floración. En este sentido, en el sudeste asiático se ha desarrollado una técnica que consiste en incrementar las horas de luz en los cultivos para manipular el momento de la floración y, por ende, el período de cosecha. Sin embargo, es importante destacar que no todas las variedades de pitahaya son sensibles a esta tecnología (34), en el caso de las pitahayas amarillas cultivadas en Colombia, se requiere mayor investigación dado que parecen ser poco sensibles a variaciones de las horas de luz.
Para una visualización más vívida de esta tecnología, invito al lector a buscar imágenes de cultivos de pitahaya con luces en el sudeste asiático, ya que debido a restricciones de derechos de autor, no puedo compartir dichas imágenes aquí. No obstante, puedo proporcionar una imagen satelital que muestra claramente las áreas de cultivo de pitahaya iluminadas cerca de la ciudad de Ho Chi Minh, Vietnam (35).
Luces de granjas de pitahaya cerca a Ho Chi Minh. 
cortesia de eol.jsc.nasa.gov/

En la actualidad, la pitahaya se cultiva en diversos países, siendo Tailandia y Vietnam los principales exportadores, con China como su destino principal. Por otro lado, países productores como Colombia, Ecuador, Perú y México exportan su producción principalmente a Europa y Estados Unidos (36).

Grafica con los países productores y su destino intermedio o final. Tomado de Tridge (36).

A medida que concluimos este artículo, es relevante destacar que se estan encontrando nuevos usos para la pitahaya, por ejemplo, se ha explorado la posibilidad de obtener un colorante magenta natural a partir de la pulpa de la pitahaya Selenicereus monacanthus o Hylocereus polyrhizus, que puede ser utilizado en la industria alimentaria debido a su estabilidad, facilidad de manejo y atractivo visual. Además, en China, se han comenzado a incorporar las flores de Selenicereus undatus en comidas y bebidas saludables, así como el consumo de sus semillas y brotes tiernos (37).

Flor de pitahaya en platos locales. Bawanghua.
https://www.ebay.com/itm/392887676832

La pitahaya se presenta como un frutal de gran interés para el futuro, no solo por su belleza natural y el desarrollo de nuevos híbridos con excelente sabor, sino también por su capacidad para utilizar eficientemente el agua durante su crecimiento y desarrollo, así como por sus propiedades nutracéuticas (37).

Me gustaría finalizar con la siguiente frase de Adolfo Rodríguez Canto (38):     

"La conservación, el mejoramiento y al diversificación de formas de aprovechamiento de las pitahayas son imprescindibles. Pero las miradas desde las artes plásticas, la historia y la literatura también son necesarias, además de placenteras; estas miradas igualmente pueden contribuir a hacer aún más patente la importancia de este recurso fitogenético"


Bibliografia
1. Korotkova, N., Borsch, T. & S. Arias. 2017. A phylogenetic framework for the Hylocereeae (Cactaceae) and implications for the circumscription of the genera. Phytotaxa 327: 1-46.

2. Bánki, O., Roskov, Y., Döring, M., Ower, G., Hernández Robles, D. R., Plata Corredor, C. A., Stjernegaard Jeppesen, T., Örn, A., Vandepitte, L., Hobern, D., Schalk, P., DeWalt, R. E., Keping, M., Miller, J., Orrell, T., Aalbu, R., Abbott, J., Adlard, R., Adriaenssens, E. M., et al. (2023). Catalogue of Life Checklist (Version 2023-07-18). Catalogue of Life. https://doi.org/10.48580/dfsy Links consultados: https://www.catalogueoflife.org/data/taxon/5GC7B;

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7. Cobo. B. 1964. Historia del Nuevo Mundo. Vol I. Atlas, Madrid: Biblioteca de Autores Españoles. 439p.

8. García-Rubio, L., Vargas-Ponce, O., Ramírez-Mireles, F., Munguía-Lino, G., Corona-Oceguera, C. y T. Cruz-Hernández. 2015. Distribución geográfica de Hylocereus (Cactaceae) en México. Botanical Sciences93 (4): 921-939. https://www.scielo.org.mx/pdf/bs/v93n4/v93n4a22.pdf

9. Patiño, V. 2002. Historia y dispersión de los frutales nativos del neotropico. CIAT. 656 pp. 

10. Fernández de Oviedo, G. 1950 (1526). Sumario de la Natural Historia de las Indias. Fondo de Cultura Económica. México DF. 279pp. 

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12. Cieza de León, P. 2005. Crónica del Perú el señorío de los Incas. Biblioteca Ayacucho. Caracas. 497pp.

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15A Jacquin, N. 1763. Selectarum Stirpium Americanarum Historia. Viena.

15B Jacquin, N. 1763. Selectarum Stirpium Americanarum Historia. 2da edicion. Viena. 

16. Alcedo, A. 1789. Diccionario Geográfico-Histórico de las Indias Occidentales o América. Es a saber: de los reynos del Perú, Nueva España, Tierra-firme, Chile y Nuevo Reyno de Granada. Tomo V. 186pp.


18. Corredor, D. 2012. Pitahaya amarilla (Hylocereus megalathus K. Schum. ex Vaupel. Ralf Bauer).  En: Manual para el cultivo de frutales en el trópico. Fischer, G. (ed). Produmedios. Bogotá. 802-824.

19. Andrews, H. 1797-1811. The botanist's repository, for new and rare plants. Vol 8. pl 508. https://www.biodiversitylibrary.org/item/109767#page/33/mode/1up

20. Hamilton, J. 1955 (1827). Viajes por el interior de las provincias de Colombia. Tomo II. Editorial Jhon Murray. Publicaciones Banco de la República. Bogotá. 133pp.

21. Empson, C. 1836. Narratives of south America. J. Valpy, Red Lion Court. Fleet Street. 332 pp. https://books.google.co.ve/books?id=5ZsjAAAAMAAJ&printsec=frontcover#v=onepage&q&f=false

22. Holton, U. 1857. New Granada: twenty months in the Andes. Harper & Brothers publisher. New york. 620pp.

23. Gutierrez del Alba, J. 1873. Diario de viaje. Tomo VI: Fiestas Viaje al Tolima. En: Impresiones de un Viaje a América (1870-1884). En: https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/p17054coll16/id/470
 
24. Mizrahi, Y., A. Nerd & P. Nobel. 1997. Cacti as crops. Horticultural reviews 18: 291-319. 

25. Britton, N. & J. Rose. 1920. The Cactaceae: descriptions and illustrations of plants of the cactus . The Carnegie Institution of Washington. family. Gibson Brothers. Vol. 2.  Washington. 239pp. https://www.biodiversitylibrary.org/bibliography/46288

26. Pérez, E. 1978. Plantas utiles de Colombia. Litografía Arco. 4ta edicion. 832 pp. Disponible en:

27. Difilo, A. 2017. Fortalecimiento asociativo de los actores de la economia popular y solidaria para el aprovechamiento de oportunidades de negocio en mercados internacionales. Caso: Asociación de productores y comercializadores de pitahaya y otros productos Palora, Provincia de Morona Santiago - Ecuador 2015-2016. Tesis de Magister. Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Quito. 174pp. https://core.ac.uk/download/pdf/157802616.pdf


29. Ruiz, G. 2022/11/29. Pitahaya, la fruta que deforesta bosques nativos en la Amazonía ecuatoriana. Democraciaabierta. https://www.opendemocracy.net/es/fruto-deforesta-bosques-nativos-amazonia-ecuatoriana/

30. Bellec, F. & F. Vaillant. 2011. Pitahaya (Pitaya) (Hylocereus spp). En: Posthaverst Biology and Technology of Tropical and Subtropical Fruits: Mangosteen to White Sapote. 

31. Paull, R. & O. Duarte. 2012. American fruit. 303-361. En: Tropical fruits. Volume 2. 2nd ed. CABI. 371pp.

32. Ibrahim, S., Mohamed, G., Khedr, A., Zayed, M. & A. El-Kholy. 2018. Genus Hylocereus: beneficial phytochemicals, nutritional importance and biological relevance-A review. . Journal of Food Biochemistry 44 (7) e12491

33. Morillo, A., Manjarrés, E., Pedreros, M., Lizarazo, L., Morales, I., Pérez, R., Ruíz, I. y J. Velásquez. 2022. Fortalecimiento de las condiciones de producción, comercializació y gestión de la cadena productiva de la pitahaya amarilla en el municipio de Miraflores (Boyacá). CIDE, CREPIB, UPTC y PIFTACOL. 34pp. https://repositorio.uptc.edu.co/handle/001/9054

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37. Mizrahi, Y. 2014. Vine-cacti Pitajaya: the new crops f the world. Revista Brasileira de Fruticultura 36(1): 124-138.  https://www.scielo.br/j/rbf/a/pwBL9wFTXjqBt3ZQfQQqW8N/?lang=en&format=html

38. Rodríguez, A. 2013. Las pitahayas en las artes plásticas, la historia y la literatura. Ciencias 131-132. https://www.revistacienciasunam.com/en/209-revistas/revista-ciencias-131-132/2182-las-pitahayas-en-las-artes-pl%C3%A1sticas,-la-historia-y-la-literatura.html

domingo, 22 de enero de 2023

La historia del mamoncillo o quenepa

 Hola, entre el año 2021 y 2022 realicé 7 historias de plantas en otro blog financiado por el Ministerio de Cultura de Colombia, entre estas 7 plantas está el mamoncillo o quenepa (Melicoccus bijugatus Jacq) e invito a su lectura en el siguiente link: https://permaculturatequendama.net/eldoradoverde/mamoncillo/

Le hago publicidad en este blog para facilitar su encontrar dicha historia, dado que el otro blog no aparece fácilmente en Google.

Como dato adicional que no está en el otro blog, comparto un vino de mamoncillo elaborado por Dorancé en Riosucio Caldas, su elaboración es artesanal y puedes consultar sobre sus vinos en el siguiente enlace: https://bibliotecanacional.gov.co/es-co/actividades/noticias/en-la-rnbp/riosucio-caldas-produce-vinos-de-dorance


Para probar este sabroso vino u otro, se pueden contactar con Dorancé al teléfono 318 880 2669, él realiza envíos a diferentes ciudades.


Saludos


martes, 22 de noviembre de 2022

Leonhart Fuchs y la ilustración botánica

Durante la investigación del intercambio de plantas entre el viejo y el nuevo mundo me he encontrado con Leonhart Fuchs quien realizaba ilustraciones de las plantas usadas en la farmacopea y las colocaba en sus diferentes herbolarios, entre sus obras encontramos el Codex Fuchs (1540) en el cual se observa la primera ilustración de la planta de achira en el viejo mundo bajo el nombre de gladiolus indicus o Indischer Schwertel. Esta temprana aparición de una planta de américa ilustrada en Europa me llamó la atención, por lo que busqué mas información sobre el autor de la ilustración y sus otras obras.

En resumenLeonhart Fuchs (1501-1566) fue un médico del Sacro imperio romano germánico que hacía uso de la farmacognosia, es decir, el estudio de las medicinas y de los principios activos de origen natural: vegetal, microbiano y animal. Fuchs hacía críticas de la nomenclatura de las plantas y las confusiones que estas generaban, afectando la calidad y el efecto de las medicinas preparadas, por lo cual buscó generar herbario ilustrado, así como libros de medicina.

Retrato de L. Fuchs hecho por
Heinrich Fülkmaurer Tubinga. 1541

Una de sus obras mas reconocidas es De Historia Stirpium commentarii insignes que se traduce como Comentarios notables acerca de la historia de las plantas es un herbario de 1542 que cuenta con 517 láminas de plantas que ilustran con una buena fidelidad las plantas usadas en medicina acompañadas con textos tomados de otros autores. Nótese que en este tiempo no existía una botánica taxonómica que permitiera clasificar las plantas. Lo que me llamó la atención de este libro es que en sus páginas finales se encuentra una ilustración del autor del libro, así como de los colaboradores en sus respectivos oficios. 

Imagen cortesía del Hunt Institute for Botanical Documentation,
 Carnegie Mellon University, Pittsburgh, PA


En la ilustración vemos a Heinrich Füllmaurer transfirirnendo un dibujo a un bloque de madera mientras que Albrech Meyer se encuentra dibujando la planta sobre papel y a Veit Rudolf Speckle quien espera con un buril en la mano para preparar las xilografías. Ningún otro autor del campo de la ilustración en esta época tuvo este gesto con sus colaboradores.

Puedes consultar la obra en el siguiente link: 

Bibliografia 

https://permaculturatequendama.net/eldoradoverde/achira/

Lack, H.W. 2001. Garden Eden. Masterpieces of Botanical Illustration. Taschen, Berlin.

jueves, 20 de octubre de 2022

Inteligencias Artificiales (DALL-E 2) e ilustración botánica

El año 2022 ha sido un año revolucionario en cuanto al diseño de imágenes web principalmente desde que aparecieron los software desarrollados por OpenAI conocidos como DALL-E (apareció en enero) y posteriormente DALL-E 2 (abril), este último ha generado toda una cascada de opiniones dado que a partir de una sencilla oración, el software generaba en cuestión de segundos, cuatro imágenes con alta resolución y una buena capacidad artística según la frase escrita. Posteriormente, programas como Midjourney y Stable diffusión han conseguido por su propia cuenta, emular dicha actividad, siendo una tecnología revolucionaria y disruptiva que llego para quedarse.

En el momento que escribo este post, el software de DALL-E 2 se encuentra disponible para su uso por el público, entonces, decidí probar dicho software con el objetivo de generar imágenes relacionadas con la ilustración botánica y observar los resultados.

Me inscribí para el uso de la app de DALL-E 2 y me generó 50 créditos de prueba, estos corresponden a 50 veces que puedo darle instrucciones al software de generar imágenes, ahora, el siguiente paso es generar PROMPTS, es decir, las frases que actúan como indicaciones para la generación de imágenes por parte del software. Como mi interés es la ilustración botánica y las pinturas relacionadas, enfoqué los prompts en esta dirección, para evaluar superficialmente que entiende la IA con determinadas palabras de mi interés, a continuación, dejo algunas de mis obras:

Imagen generada usando el prompt
“Hieronymus Bosch painting of people eating cherimoya”

Imagen generada usando el prompt de
“canna lily in a botanical garden in a impressionist painting”
   

Imagen generada usando el prompt de
“passion fruit flower botanical art watercolor painting”

En primer lugar, usé frases en inglés dado que esta Inteligencia Artificial fue entrenada por medio de imágenes públicas con descripciones en inglés, por lo cual es más fácil que te entienda si escribes la instrucción o prompt en inglés. Este detalle, hace que la generación de imágenes sea más acertada cuando se tratan temas cotidianos o generales que han sido ampliamente fotografiados o detallados, como lo son pinturas de pintores famosos, temas norteamericanos y europeos, por lo que al probar usar prompt con temas mas colombianos como buscar el estilo de pintura de las láminas de la Expedición botánica de Mutis, o estilo de pintores conocidos localmente, no se desarrollan imágenes cercanas  a lo que la persona busca, por lo cual, por ahora, replicar su estilo esta fuera del alcance de la Inteligencia Artificial.

Ahora bien, buscando que la Inteligencia Artificial genere imágenes detalladas con en el tema de la ilustración botánica, confieso que no he logrado prompts con resultados cercanos a lo que conocemos como ilustración botánica, la cual busca plasmar en una sola imagen bastante detallada varios órganos de la planta en diferentes estados. Probé usando plantas ampliamente detalladas y dibujadas como el sauce (willow en inglés) pero no he logrado una imagen cercana a la que haría un ilustrador de plantas, dado que dicha ilustración nace de la observación detallada de la forma de las hojas, flores y frutos, así como la arquitectura de dichas partes, los ángulos y la reflexión de la luz solar, entre otros detalles, elementos que DALL-E 2 no logra detallar aún.

Imagen generada usando el prompt de
“a watercolour botanical illustration of willow
 showing branches, leaves and flowers”

Como la imagen producida en una ilustración botánica nace de nuestro interior y tiene un objetivo claro que cual configura el resultado final, este es un proceso que poco se ve amenazado con esta Inteligencia Artificial, mas bien, esta puede ayudarnos a guiar como podría ser una forma o combinación de colores, según el objetivo del ilustrador.

Otro espacio donde encuentro interesante el uso de IA en temas relacionados con el arte botánico es en la generación de imágenes que ilustren temáticas de una exposición o de una charla para facilitar comprender un mensaje o idea sin tener que realizar viajes o buscar escenarios difíciles para obtener la imagen deseada, como por ejemplo el tener una imagen de una planta de piña creciendo y fructificando en Islandia, algo que naturalmente no es posible que suceda, o generar imágenes de una planta bajo el estilo de un pintor famoso.

Imagen generada usando el prompt de
“photography of a pineapple plant with a
fruit growing in a iceland landscape”

Imagen generada usando el prompt de
“oil on canvas of colombian landscape
in the Asher Brown Durand style”

Para finalizar este post, comento que al generar estas imágenes pensaba en que el conocimiento en software y en como hablarle a la maquina y escribir prompts adecuados (los cuales ya tienen un mercado conocido como PROMPTBASE) se generan imágenes muy buenas que pueden ser base para la generación de imágenes artísticas y generar titulares como la IA que ganó un concurso de arte, esto puede por un lado permitirle a los que no tienen esa práctica, conocimiento y paciencia de dibujar, generar ilustraciones según las imágenes que tienen en su mente, pero por otro lado, estoy seguro que quienes tienen el talento para realizar ilustraciones, ven amenazada esta labor, sin embargo, parece ser, que esta herramienta también puede ser un potencializador de las capacidades creativas... es eso, una herramienta para usar según nuestro objetivo.

Esto me recuerda las láminas de la expedición botánica de Mutis, las cuales fueron una curiosidad entre el arte y la ciencia, dado que en el tiempo de su realización (siglo XVIII-XIX) su elaboración tenía como objetivo representar lo más fielmente la naturaleza, sin añadirle ni quitarle aspectos según criterio del pintor, para así poder ser enviadas a Europa y que allí los taxónomos las clasificaran, este objetivo científico hace que no sean consideradas por artistas como obras en si mismas, ya que el arte no persigue este aspecto de utilidad, a pesar de haber requerido grandes capacidades artísticas en su elaboración. Siento que el arte vuelve a ser cuestionado, esta vez por cuenta de las IA.

lunes, 2 de mayo de 2022

Años de trigo y elecciones

El Trigo fue una de las primeras plantas domesticadas por el ser humano y lo ha acompañado a lo largo de sus travesías por el viejo mundo, llegó a América con la invasión europea que impuso su cultivo por su gusto por los productos procesados del trigo. Se tiene registro de su llegada a la Nueva Granada entre 1530 y 1535 por Jerónimo Lebrón de Quiñones, junto a otros granos como la avena y la cebada, así mismo se conoce que en 1540 se construyó el primer molino para trigo en Nariño.

Junto con la colonización del territorio, el cultivo de trigo y otros granos fueron encontrando zonas optimas donde se podían cultivar y abastecer a la población local, estas zonas se ubican en la parte alta de los Andes donde el clima mostraba estaciones secas marcadas que le permitía al grano secarse, y almacenarse, en Colombia estas fueron principalmente el departamento de Nariño y el altiplano cundiboyacense. 

Para el siglo XX se alcanzó la mayor área registrada cultivada en trigo, llegando a 145.000 hectáreas (1 hectárea es igual a 10.000 m2) y cosechando alrededor de 102.000 hectáreas, un área un poco mayor que la mitad del departamento del Quindío.

Con la aplicación de técnicas derivadas de la revolución verde como el suministro de fertilizantes, uso de plaguicidas químicos y el estudio e investigación de nuevas variedades genéticas para 1974 cada hectárea pasó de producir 0,6 t/ha (toneladas de grano por hectárea) a 1,3 t/ha y para el año 2005 este rendimiento había alcanzado a ubicarse entre 2 y 2,44 t/ha, rendimiento que se ha mantenido hasta la actualidad.

Campo de cebada que ilustra que trigo en Colombia
Campo de Cebada en el altiplano cundiboyacense,
así se vería el trigo en esta zona. Foto: J. Borbón 2022

Sin embargo, en nuestros campos ya no es común ver esos cultivos de trigo mostrando sus espigas doradas al cielo, diversos factores internacionales y nacionales hicieron que el área cultivada pasara de las mencionadas 145.000 hectáreas en 1950 a 3.538 en el 2019.

Entre los factores podemos mencionar que el rendimiento de una hectárea de trigo en EEUU y Canadá varía entre 2,5 y 3 t/ha, el cual, al ser sembrado y cosechado por máquinas, empacado y transportado a bajo precio por trenes y barcos, permite producir y transportar una gran cantidad de trigo a un precio mucho menor haciendo que para los colombianos sea más barato comprar trigo del exterior que producirlo en Colombia. Otro factor es la apertura económica y los tratados de libre comercio que permitieron que para el año 2012 la entrada de trigo al país tuviera un 0% de arancel, en otras palabras, la producción colombiana de trigo ya no es competitiva.

Esto llevó a que para el año 2019 importáramos alrededor del 99,5% del trigo consumido en Colombia, año en que la tonelada internacional de trigo costaba entre 168 y 205 USS (dólares), precio relativamente estable a lo largo de los años, donde un precio mínimo ocurrió en el 2009 cuando se cotizó a 122.5 USS/t y un precio máximo en noviembre de 2012 de 269 USS/t. Las cosas marchaban bien para los consumidores del trigo y sus procesados: harina de trigo para el pan y amasijos, sémola para las pastas y cervezas.

Pero todo cambió cuando la nación Rusa atacó a Ucrania en febrero de 2022, ocurre que entre Rusia y Ucrania producen alrededor del 30% del trigo que se comercializa en el mundo, y ahora, en el conflicto, la población ucraniana se encuentra sobreviviendo, sus campos están en medio de la guerra, lo que limita fuertemente la siembra de trigo para el segundo semestre del 2022, el campo se quedó sin quien lo trabaje, la infraestructura está destruida, y ni siquiera se puede usar su puerto sobre el mar negro, mientras que Rusia se encuentra en medio de sanciones económicas que imposibilitan su relación comercial con varios países occidentales, y encima aparecen noticias como el robo de grano ucraniano en zonas ocupadas por Rusia y la crisis de los fertilizantes de los cuales Rusia también es uno de los principales productores y exportadores del mundo.

Todo esto ha hecho que el precio del trigo se elevara desde 211 USS/t en mayo de 2021 a 403 USS/t a mayo de 2022, el precio más alto del que se tiene registro y el cual no parece haber alcanzado aún su pico, según el Banco Mundial en su informe de abril de 2022, el precio del trigo se incrementará más del 40% ejerciendo una mayor presión en países que se apoyan en su importación, países como Colombia que importa el 99,5% del trigo consumido.

Grafica que muestra el histórico de los precios del trigo
Histórico del precio internacional del trigo en dólares por tonelada
 https://markets.businessinsider.com/commodities/wheat-price

Esto quiere decir, que en lo que queda del año 2022 y los años posteriores veremos cómo los productos alimenticios derivados del trigo incrementarán su precio aún más, pan, galletas, pizzas, pastas, cervezas… incrementaran sus precios conforme pasa el tiempo, productos básicos en la alimentación de gran parte de la población Colombiana, cuyo consumo per cápita de trigo es de 43 kilos.

Ahora, bajo ese escenario, mis preguntas son ¿Qué podemos hacer?, ¿podemos disminuir la catástrofe alimentaria que se nos viene?

No sé si estoy colocando un escenario pesimista, pero cuando un pan de $300-400 disminuya su tamaño y/o incremente su precio a $700-800, o cuando la libra de pasta pase de costar $3.500 a $5.500, la protesta social no se hará esperar dado que hay hambre en la población.

Frente a lo cual mi primera pregunta es: ¿y si volvemos a cultivar trigo en Colombia?, ante un escenario donde lo que está en juego es el hambre, la supervivencia, creo que el poder alimentar a los colombianos se vuelve una prioridad.

Echemos una mirada a los números y ver los costos teóricos de sembrar trigo en el altiplano cundiboyacense, los datos puestos a continuación son basados en documentos de AGROSAVIA  donde se mencionan las generalidades del cultivo de trigo, los actualicé a precios del 2022, por lo que pueden tener variaciones:

 

Para 1 Hectárea de trigo que produzca 2 t/ha requiero:

- Pasar un tractor que acondicione el suelo: $ 240.000

- Aplicar fertilizantes -a precio actual- (150-200 kilos): $1.400.000

- Aplicar plaguicidas contra enfermedades, malezas e insectos: $310.000

- Comprar la semilla de trigo (si es que se encuentra): $1.500.000

- Jornales (siembra, mantenimiento, cosecha): $1.400.000

- Transporte (2 toneladas): $190.000

- Imprevistos (5%): $252.000

Total: $5.292.000

Costo de producción de 1 tonelada: $2.646.000


Ahora, como mencionábamos anteriormente, es más económico comprar trigo del exterior, ¿pero hasta qué punto?

Compremos una tonelada de trigo FOB (Free On Board) al precio internacional, esto es que tengo mi trigo montado en un barco en un puerto del país productor, ahora debo cubrir el transporte a Colombia, descargarlo, montarlo en un camión, llevarlo al molino, procesarlo, empacarlo, volver a montarlo en un camión y llevarlo a un centro de consumo como Abastos u otro desde donde se distribuye, en esta cadena, el precio del trigo se incrementa y se refleja en el precio al consumidor, el cual lo podemos ver en la gráfica del historial de precios de Abastos.

Grafica de los precios de venta de trigo en Abastos Bogota
Históricos de precios de la Harina de trigo desde el año 2019 a 2022.
https://precios.precioscorabastos.com.co/#/

Observamos que el precio de oferta de harina de trigo se mantuvo estable a $104.000 (el bulto de 50 kilos) desde finales de marzo del 2020, mostrando pocas variaciones hasta el 8 de febrero de 2022, cuando el precio del bulto de 50k se incrementó a $148.000, dadas las noticias de la guerra en Ucrania, al hacer unos cálculos sencillos encontramos que la venta una tonelada de harina de trigo genera un valor bruto de $2.960.000, si a este precio le restamos los gastos y ganancia de la bodega (estimo entre un 20 y 35% del valor de compra de trigo) encontramos que la tonelada de harina de trigo tiene un valor en el mercado de Bogotá de entre $1.924.000 y $2.368.000, precio inferior a la producción de la misma tonelada de trigo en el altiplano cundiboyacense y sin contar su ganancia.

Sin embargo, en un escenario donde apenas se vislumbra una crisis venidera, no se comienza a sentir el rigor de los precios altos, ya hay países que están tomando una serie de medidas con algunos productos como es la prohibición de la exportación del aceite de palma por parte de Indonesia para asegurar su propio suministro, caso similar esta ocurriendo con los fertilizantes y otros productos.

No soy economista, ni se predecir el futuro, pero los números comienzan a sonar turbios, haciendo predicciones de un incremento de un 40% del precio de la harina de trigo tomando como referencia el precio de enero de 2022, y asumiendo que la guerra en Ucrania no incrementara más su impacto, asumiendo poca especulación de precios o acaparamiento de productos por parte de países productores o con más poder adquisitivo, podría preveer un escenario donde para septiembre-octubre del 2022 el trigo mantenga su precio actual, reflejado en $148.000 el bulto en Abastos.

En un escenario alterno, tomando un incremento del 40% con el precio a inicios de mayo sin asumir los escenarios planteados, para finales del 2022 el trigo incrementará su precio y se verá aproximadamente en $179.400 en Abastos. Como referencia les pongo que el precio del mismo bulto en enero del 2022 estaba en $102.000 se podría hablar de un incremento actual de 45% que puede incrementarse a 75%, lo que sustenta el incremento mencionado de los derivados del trigo mencionados párrafos atrás.  

Bajo un escenario 2, la tonelada de harina de trigo importada puesta en Bogotá rondaría los $3.600.000, siendo un 36% mas costosa que producir una tonelada en el altiplano cundiboyacense ($2.646.000), si al trigo producido localmente se le incrementa un 20 a 35% por la ganancia propia del agricultor, continua siendo más rentable que importar el trigo.

Para finalizar este análisis, quiero dejar mi opinión, que mas allá de romantizar la idea de ver cultivos de trigo, es que es urgente evaluar acciones ante una crisis alimentaria que se asoma que puede desencadenar en un estallido social muy fuerte (mas que las protestas del 2021), y a mis ojos vale mas la pena intentar buscar soluciones que salven la vida de los colombianos y la estabilidad que tanto nos ha costado, que ver lentamente como (y espero estar muy equivocado) se nos viene una crisis de hambre y su estallido social.

Siento que en medio de un panorama de elecciones, este importante debate esta siendo dejado por fuera de la mesa, al parecer el gobierno actual no va a hacer nada frente a una crisis que ni ha mencionado, y al gobierno entrante le va a estallar apenas comience.

Para finalizar, dejo unas preguntas para los lectores ¿será más económico subsidiar fertilizantes, insumos, organizar siembras para que el país produzca trigo que incrementar el pie de fuerza, pagar los destrozos y seguir perdiendo la confianza inversionista?

¿Será que podemos incentivar la siembra de otras fuentes de almidones alternativos al trigo como plátano, maíz, yuca, papas, arroz?

¿Será mejor simplemente asegurar acuerdos de trigo que garanticen el suministro a precios actuales?

¿Qué otras opciones se plantean?

Salu2

 

Bibliografía:

Álvarez, D.; Chaves, D. 2017. El cultivo de trigo en Colombia: Su agonía y posible desaparición. Rev. Cienc. Agr. 34(2):125 - 137. doi: http://dx.doi.org/10.22267/rcia.173402.77. http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0120-01352017000200010

Agronegocios. 28 Abril de 2022. https://www.agronegocios.co/agricultura/prohibicion-de-exportacion-del-aceite-de-palma-de-indonesia-tras-aumento-de-precio-3352211

AGROSAVIA:

https://repository.agrosavia.co/handle/20.500.12324/18873?locale-attribute=es

https://repository.agrosavia.co/handle/20.500.12324/23989

https://repository.agrosavia.co/handle/20.500.12324/1142

Banco Mundial. 26 de abril de 2022. https://www.worldbank.org/en/news/press-release/2022/04/26/food-and-energy-price-shocks-from-ukraine-war

BBC mundo. 25 abril de 2022. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-61108454

Quintero, L. & N. López. 2020. Realidad del subsector de trigo en Colombia después de la firma de los TLC con Canadá y Estados Unidos. Tesis de grado Negocios Internacionales. Fac. Cienc. Econ. y Admin. Universidad Agustiniana. 52pp. Disponible en:   https://repositorio.uniagustiniana.edu.co/bitstream/handle/123456789/1401/LopezGonzalez-Natalia-2020.pdf?sequence=4&isAllowed=y

USDA. 2009. https://www.ers.usda.gov/webdocs/publications/43783/39922_eib116_summary.pdf?v=0 

sábado, 12 de junio de 2021

En que vamos este 2021

 Hola, esta es una entrada del blog dedicada a contar

Me encanta escribir en el blog, y los comentarios de personas desconocidas, las citas que ha tenido el blog, me animan bastante a continuar con esta labor, sin embargo, el ritmo que me he propuesto para responder las preguntas que me hago de cada planta y en cuya respuesta ofrecer información verídica e imágenes correspondientes, me puede ocupar uno o dos meses de trabajo diario (2-3 horas al día), tiempo que no he tenido en su plenitud desde el último post debido a otro proyecto que estoy realizando y contaré a continuación:

Proyecto Vicacachute: 

Este proyecto nace como el confluir de tener un espacio rural, conocimiento de plantas y algo de dinero colchón en el banco, junto con querer participar en un congreso de horticultura, me llevan a iniciar un pequeño estudio que terminó con tener más 200 plantas de Chirimoya en un vivero. 

Vivero de chirimoya custard apple nursery

Cuando el estudió terminó, la pregunta ¿y ahora qué? me llevo a tomar entre dos caminos, o matar las plantas y conitnuar mi vida o seleccionar algunas y sembrarlas en un lote vacío, lo cual inicié con 100 plantas, no más porque me imposibilitaría realizar trabajos aparte del cultivo, no menos porque me impediría formar experimentos cientificos. Con lo cual, en Octubre de 2018 comienza su siembra bajo un ambicioso ensayo de 5 años (2018-2023).
Este ensayo ha tenido sus tropiezos, como la implacable competencia por recursos del pasto y malezas y mi falta de tiempo para dedicarle. Sin embargo, me ha permitido entender la planta y aprender de ella, además de la gran ayuda tenia por mi hermano Jose y su pareja Lida, quienes han realizado grandes aportes de trabajo y visualización de aves que visitan el proyecto.

Dos personas observando con binoculares birdwatching

Así, en resumen, a la fecha se ha logrado el siguiente resultado:

1. Lanzar el proyecto Vicacachute, con amplia ayuda de José, Lida y su empresa de turismo por el Sumapaz "Sumate", sin su ayuda, el proyecto presentaría retrasos en su mantenimiento y monitoreo.
2. Tener cerca de 75 plantas de Chirimoya en buen estado de crecimiento, alrededor de 1/4 de plantas ha tenido ya su primera flor.
3. La venta de el primer lote de plántulas de Chirimoya con enfoque comercial.
4. Realizar asesorías técnicas sobre el cultivo de Chirimoya en Colombia.
4. La recopilación de información de diferentes especies vegetales de la zona andina, su propagación y ensayo: tuno, roble, vainilla, entre otros.
5. La recopilación de especies de aves de la zona y la épocas de avistamiento.

También queremos extender un agradecimientos al grupo (que luego publicaremos su nombre) por la ayuda suministrada en la elaboración del logo:
Vicacachute logo

Tenemos grandes planes para el proyecto relacionados con el sueño de recuperar el cultivo de la Chirimoya en el país, y ver su consumo entre una población cada vez más joven y no solo un placer de las personas mayores que tuvieron parte de su vida en la ruralidad. Esperamos poder vincular el proyecto Vicacachute con la academia y poder ofrecer alternativas al campo colombiano.

Custard appale flower


Por otro lado, espero pronto poder volver a escribir más en el blog, el cual considero tiene información de muy buena calidad, al alcance de todos y lo mejor, es gratis (ideas gratis), si pudiera, me dedicaría a esta labor como trabajo, pero la necesidad de un salario no me permite dedicarle el tiempo que requiere este blog.
Muchas gracias a todos por su apoyo y espero pronto publicar más historias de plantas neotropicales que consumimos a diario, y otras plantas. 

Nota: en el 2017 había iniciado un ensayo con Chirimoya con menos semillas, las cuales terminaron en una quemazón general de plantas por abuso de fertilizante, de ese experimento me quedaron dos conclusiones, comenzar de nuevo con más semillas y esta foto:

planta en bolsa quemada por fertilizante


Saludos

Javier y equipo Vicacachute.